El agua potable es absolutamente segura en la mayor parte de la red de distribución en nuestras ciudades. Pero ¿qué sucede en los sistemas de almacenaje?
¿Sabemos en qué condiciones se encuentran los tanques y cisternas que distribuyen el agua en nuestros edificios y viviendas?
Es muy fácil advertir desde lo alto de algún edificio urbano, la cantidad de tanques a los que les falta su correspondiente tapa. O que no están debidamente sellados. O cómo en numerosos edificios se utiliza la sala de cisternas como “cuarto para guardar los elementos de limpieza”, los que trasladan todos los patógenos que recolectan en las operaciones de limpieza de las instalaciones y que terminan contaminando el agua que consumimos.
Muchas veces en nuestro accionar profesional encontramos animales (palomas, ratas, etc) muertos y descompuestos dentro de los tanques de agua. Por eso es fundamental proceder a su limpieza y desinfección cada 6 meses.